LOS TRILEROS DE LAS RAMBLAS
El Sr. Más mucho más que Honorable Presidente de la
Generalidad, de acuerdo con el guion que el independentismo se ha marcado ha
cumplido el trámite de avisar al Presidente del Gobierno de la Nación, para
Zapatero término discutido y discutible y para nosotros unidad de destino
irrevocable, y le ha dado cuenta de lo que sabíamos todos: la declaración
unilateral de independencia está más que próxima.
No se cual habrá sido la reacción de Rajoy ante la
amenaza de sedición ni cual será el camino que va a coger de ahora en adelante;
lo que estoy al cabo de la calle, es que este jefe de trileros ha creado un
elemento de discordia que a la postre nos va a afectar a todos los españoles y
que en las circunstancias actuales nos puede acarrear un perjuicio irreparable
de cara a la ya mas que difícil salida de la crisis.
El caballerete en cuestión una vez dado cuenta de la
amenaza implícita y explícita, ya estuvo con el mayor desahogo en su embajada
¿legal? Instalada en la capital de España y amparado por su señera y ¿avalado?
Por una bandera de la unión europea, presentarse como mandamás de la Cataluña
independiente.
Para redondear la faena de aliño, al más puro estilo
de Maciá, será recibido por sus esquilmados paisanos que le mostrarán el mayor entusiasmo en la Plaza de San Jaime,
al grito de independencia. Lo que no estoy tan seguro es que los allí plantados
sepan las acciones delictivas de origen económico que estos trileros han
consumado en sus años de campar por sus respetos, consentidos por la dejadez,
cobardía e ineptitud de los distintos gobiernos españoles.
Desconozco cual será el estado de ánimo de los
españoles que nos sentimos desamparados por nuestros gobernantes y nos tememos
que se salgan con la suya sin mas, mientras a los demás se nos queda cara de
idiota.
Lo que me consta y aunque no me tranquiliza del todo
si que me da la impresión de haber cumplido con mi obligación de español, es
llamar por todos los medios conocidos a formar una fuerza contraria y salir a
la calle pidiendo el fin del dislate. Por desgracia mis camaradas estaban a
otras cuestiones de mayor trascendencia, como puede ser el pelarse los unos con
los otros.
Este sería el momento idóneo para al mismo tiempo
que está fijada la concentración catalana, en el resto de las capitales
españolas, se hubiesen formado otras tantas pidiendo la unidad de la Patria.
Eso sería una advertencia clara de que los españoles no van a dejar trocear la
nación en pedacitos.
Medios legales hay de sobra para pararlo todo. El
155 está ahí y el Presidente del Gobierno tiene la facultad de utilizarlo, lo
que ya no sé es si tiene los suficientes arrestos, ante la amenaza de estos
aldeanos de no acatar la constitución aprobada por ellos mismos.
Del Jefe del Estado no me quedan ganas de opinar, ¿para
que? Solo una cosa: ¿recuerda cuando su padre le cedió los trastos las palabras
que pronunció? Majestad, lo primero España ¿Las recuerda? ¿Si? ¿y no le da un
poco de vergüenza?